martes, 16 de mayo de 2017

Jesús Pobre da de comer al hambriento


La fundación Obra de Jesús Pobre alberga ancianos y suministra alimentación a habitantes de la calle. Esta organización no gubernamental fue fundada  en el año 1967 para refugiados de la guerra de palestina en Belén, Israel. En Colombia fue fundada en el año 1989 en Palmira, Valle, donde opera su sede principal. La Fundación, desde el año 2004, hace presencia en Medellín en el sector Prado Centro.


Loshabitantes de calle están definidos por el censo de personas en situación de calle de Medellín y sus alrededores, elaborado por la Secretaría de Bienestar Social de Medellín y el Centro de Estudios de la Universidad de Antioquia en el 2009, “un habitante de calle es una persona de cualquier edad que generalmente ha roto sus vínculos familiares y hace de la calle el lugar único para su supervivencia”.

Posterior a esto el mismo censo define a los habitantes en la calle como “una persona de cualquier edad que realiza en la calle actividades que le permitan un sustento económico y alterna la misma con la casa y la escuela”. Adicional a lo anterior también hay un  censo sectorial de habitantes de y en la calle realizado por el DANE en el año 2002 que informa que “el habitante en situación de calle es el total de los habitantes de la calle y de los habitantes en la calle”.

Este comedor comunitario brinda alimentos a los habitantes de calle. Desde las 11:00 de la mañana se puede observar a las afueras de la fundación una fila que con el paso del tiempo se va haciendo más extensa. Todos los días 200 habitantes de la calle se dan cita a las 11:30 de la mañana para mitigar el hambre con el almuerzo que les ofrece esta organización. Diariamente desde las 8:00 de la mañana Alirio de Jesús Cortez, encargado de preparar los alimentos, empieza a hacer el almuerzo para tenerlo listo cuando los habitantes de calle ingresen a la fundación. “El propósito de la Fundación con las personas que vienen es colaborarles, porque la idea es calmarles el hambre”, señala Alirio.

A la hora del almuerzo los directivos y empleados dejan bajo llave sus oficinas y las habitaciones donde albergan los ancianos. “Es mejor cerrar con llave porque uno nunca sabe”, explica Jaime Andrés Barrientos, auxiliar de oficios varios que de otra manera expresa la prevención que deben tener con sus usuarios. A las 11:30 en punto abren las puertas de la fundación para que entren los habitantes de la calle. Los hacen pasar a un salón para rezar el rosario antes de la repartición de los alimentos, después de esto pasan al comedor donde cada uno encuentra su almuerzo sobre la mesa.

Según el estudio adelantado por el DANE y la Secretaria de Bienestar Social de la Alcaldía en el 2002, alrededor de 3.000 personas hacen de la calle un espacio para su supervivencia y también para habitar. Juan Esteban Torres  hace parte de la población habitante de calle. Él tiene 22 años y hace tres años decidió hacer de la calle un lugar para habitar. “Estoy habitando la calle por el vicio, porque uno no lo sabe controlar”, expresó Juan Esteban. Él, con su vestimenta sucia de tanto trajinar la calle y un bolso rosado que a simple vista se ve lleno, recuerda que vio a su mamá hace aproximadamente un año y desde entonces no la ha vuelto a ver y no sabe nada de ella. “Yo tenía mi casa allá arriba en la 13, pero lastimosamente me toco esto”, señaló Juan Esteban.

Para la política pública social para los habitantes de la calle del municipio de Medellín es necesario mencionar una serie de factores para poder analizar la problemática social de habitantes de calle, estos factores son: inequidad social, las condiciones laborales de las personas más pobres, el aumento del desplazamiento forzado debido al conflicto interno, las tasas crecientes de violencia intrafamiliar y de género, la disminución del tamaño del Estado y la privatización de la salud, la polarización política de la sociedad, la crisis de institucionalidad y el advenimiento de una sociedad individualista y carente de solidaridad.

Según Hernán Andrés Carmona Garzón, licenciado en filosofía y letras; magister en psicología y salud mental; y actualmente trabaja como docente de la Fundación universitaria Luis Amigó, una de las causas por las que se da esta problemática es  la falta de educación desde la básica hasta la secundaria que deja un número significativo de personas en la intemperie del analfabetismo. “Las consecuencias sociales son múltiples; el deterioro en la calidad de vida, vulneración a los derechos humanos, impedimentos educativos, problemas psicológicos, pérdida de autoestima, consumo de sustancias psi-coactivas, prostitución, delincuencia, entre otras”, señaló Hernán Andrés Carmona Garzón.

 “Se puede hablar que los habitantes de calle son una problemática cuando se vuelven un problema para ciertos habitantes”, explicó Johnni Molina Bedoya, psicólogo de la universidad de Antioquia y actualmente trabaja en la Casa de corrección de menores y habitantes de calle. Para él hay muchas alternativas para dar solución a esta problemática, pero si no hay motivación del sujeto no hay cambio. “No es del todo bueno que las fundaciones brinden alimentos a los habitantes de calle, porque nos estaríamos volviendo cómplices de lo mismo. Ellos no necesitarían el cambio porque encuentran las cosas así como son”, afirmó el psicólogo. Para Johnni el habitante de calle debe entrar con demanda no con queja a la hora de hacer un verdadero cambio. “En la demanda el sujeto se responsabiliza del cambio y es consiente que tiene que cambiar y en la queja solo van a reclamar y protestar”, indicó el entrevistado.

Otra de las labores sociales que realiza esta organización es albergar 15 ancianos, a los cuales les da desayuno, almuerzo y comida. 


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1 comentario:

  1. Darlys tu reportaje me interesa, es un buen trabajo pues cuenta con una muy buena temática, con respecto a lo audiovisual a mi parecer es bueno, pues no satura la información y contiene un grado simple pero completo.

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